Lesiones más frecuentes en escaladores.

Hoy hablaré sobre las lesiones más frecuentes a las que nos enfrentamos los escaladores.

En primer lugar, existen dos tipos: la aguda y la que está provocada por sobrecarga.

LESIONES AGUDAS

Las lesiones agudas son las que se instauran en un momento, como puede ser una fractura de un hueso por una caída o un corte profundo que llegue al músculo. Éste tipo de lesión, se evitará si realizamos todas las medidas de seguridad de manera correcta, además de llevar las protecciones convenientes: casco, ropa adecuada (nada de escalar sin camiseta), etc. Además, es muy importante revisar el equipo periódicamente. La cuerda que es el material que más sufre, tendremos que revisarla con mayor frecuencia.

Gran parte de las lesiones agudas están provocadas por un error humano; como colocar mal la cuerda en la cinta express, o que el asegurador esté despistado y el escalador, como se dice, “pique suelo”.

Por no hablar de los esguinces de tobillo o fracturas de peroné “tontos” que evitaríamos si al acabar el bloque bajáramos por donde hemos subido, en lugar de dejarnos caer… Y recuerda, ¡Nada de meter los dedos en las chapas!

En definitiva, tenemos que escalar con las manos y piernas, pero sobre todo con la cabeza. Se trata de disfrutar, pero siempre con precaución.

Por desgracia, las lesiones que no son por error humano, difícilmente las podremos evitar, como dislocaciones, fracturas y heridas, provocadas por una mala caída contra la roca, sobre todo si caes sin control porque la cuerda se te ha quedado entre las piernas, o por otros motivos.

Es muy recomendable llevar siempre encima un botiquín con vendas, gasas, puntos de aproximación (similares a tiritas finas y blancas), frío para la inflamación de una posible lesión (existen paquetes que le das un golpe y aparece el frío), y algún tipo de desinfectante para las heridas (personalmente, el que más me gusta es la clorhexidina, que ni mancha ni reseca demasiado la herida, además de no ser molesta a la hora de ponerla, y de ser una disolución acuosa). Estas son medidas que ayudarán en caso de accidente, y nos permitirán inmovilizar una fractura o a limpiar una herida, mientras llega el personal sanitario o si puede andar por sus propios medios, para llegar hasta el coche.

Por último, pero no por ello menos importante, es imprescindible estar siempre comunicado, llevar móvil y que tu familia o amigos sepan dónde estás. Además, recomiendo llevar algún tipo de aplicación en el móvil que mande la ubicación exacta a los servicios de emergencia, como puede ser Alpify.

LESIONES POR SOBRECARGA

En segundo lugar, hablaré de las lesiones más comunes por sobrecarga, aunque el cómo evitarlas, lo diré en la siguiente entrada.

Este tipo de lesiones están provocadas por llevar al límite nuestro cuerpo una y otra vez, sin estirar u otro tipo de métodos para hacer que esas estructuras vuelvan a la normalidad. Ese sobreesfuerzo, poco a poco se va sumando, hasta que la estructura no aguanta más, y entonces, aparece la rotura o lesión.

La diferencia entre lesión aguda y lesión por sobrecarga, es el momento en el que se instaura. La aguda, como hemos dicho antes, era provocada en un momento y por sobrecarga, se va instaurando poco a poco en el tiempo.

Las partes del cuerpo que más se lesionan por sobrecarga en escaladores son los codos, las manos y los hombros.

Empezaremos hablando del hombro y del músculo que se lesiona por excelencia: el supraespinoso. Este músculo se encarga de separar el brazo del tronco… ¿Cuántas veces separas el brazo a la hora de escalar?, incontables, ¿Verdad? Bueno, súmale, que pasa por un hueco muy pequeño entre dos huesos, hueco que además disminuye en el movimiento de escalar, y, todo esto, aumenta el roce del músculo, y, por tanto, facilita la inflamación, pudiendo llegar a pinzarse. El pinzamiento es una de las lesiones más frecuentes del supraespinoso, aunque también puede desarrollar una tendinopatía o puede llegar elongarse o incluso a romperse. Si notamos un dolor en la anterior del hombro, es una señal de que este músculo puede estar lesionado.

En segundo lugar, hablaremos los músculos que se encargan de la flexión: sobre todo bíceps braquial y flexores palmares (en la cara del antebrazo donde está la palma de la mano). Por sobrecarga, pueden acortarse y provocar que los “anclajes” del músculo al hueso, que son los tendones, estén tirantes, provocando una tendinitis, que es una de las lesiones más frecuentes de estos dos músculos.

Las manos sufren mucho en la escalada. Dejaremos aparte cortes y heridas.

A continuación, hablaremos de los ligamentos colaterales interfalángicos, que van a los lados de los dedos y de las vainas (o cubierta) de los tendones flexores de los dedos. Estos sufren cuando nos agarramos curvando los dedos en lugar de dejarlos planos, además sufren por la inestabilidad y por agarrarse de un solo dedo. En el caso del ligamento, habrá una distensión del ligamento, pudiendo llegar a luxarse los dedos en el futuro, y en el caso de los tendones, notaremos un aumento del volumen de los dedos, provocado por la inflamación de la vaina.

Por último, en el codo suele aparecer la epicondilitis, comúnmente llamada la lesión del tenista, pero que, obviamente, no es exclusiva de ellos. El epicóndilo es el “bulto” óseo que se encuentra en la parte externa del codo, y por consecuencia, una epicondilitis, es una inflamación de los tendones que hay en esa zona. Normalmente, estará provocado por sobreesfuerzo de la musculatura epicondílea, que básicamente se encargan de extender la muñeca y supinar el antebrazo (movimiento de giro del codo que pasa de tener el antebrazo de manera que la palma de la mano está mirando abajo a tenerla mirando hacia arriba), movimiento que se repite mucho durante la escalada.

Espero que os haya gustado, si queréis saber cómo evitar lesiones por el sobreesfuerzo provocado, ¡Estad atentos a la siguiente publicación!

 

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